Cuando un bebé llora puede hacerlo por infinitas causas: gases, frío, hambre, dolor, soledad… Sin embargo, existe una clase de llanto incontrolable e irritable que puede ser algo más y que desespera a todos los padres. Para identificarlos suele ayudar conocer sus principales características. Son episodios de llanto excesivo y persistente, en lactantes sin ningún problema de salud aparente. Son más frecuentes durante la tarde-noche y no se encuentra ningún factor desencadenante, considerándose dentro del desarrollo normal del bebé. Pueden ir acompañados de enrojecimiento facial, flexión de las piernas, barriga algo más hinchada, puños apretados, pataleo. Se considera cólico del lactante según la regla de los 3 de Wessel:
- bebé de menos de tres meses de vida (suele comenzar entre la segunda y la tercera semana de vida y el pico ocurre hacia la sexta)
- hasta tres horas seguidas
- al menos tres días en semana. aunque ayuda a identificar y orientar a los padres a la hora de identificar un cólico, no tiene por qué ser estrictamente así.
Aproximadamente un 6-20% de los lactantes menores de cinco meses presentan cólicos del lactante. No hay diferencia entre sexos y suele ser mas frecuente en niños alimentados con fórmula. Suelen desaparecer de forma completa y espontánea entre los 4 y 6 meses de vida. Hasta entonces la osteopatía puede ayudarnos .
- Diagnostico: No son necesarias pruebas específicas, su diagnóstico se basa en criterios clínicos. Está considerado como normal dentro del desarrollo del bebé y se define como un trastorno de adaptación entre el medio interno y externo. No se conoce exactamente la causa de esta entidad, pero en los últimos estudios, se cree que la microbiota intestinal, junto con la inmadurez del sistema digestivo y la inmadurez del sistema nervioso central del bebé, generan una respuesta anómala al estrés, produciendo estos cuadros de llanto e irritabilidad.
- En algunas ocasiones se han relacionado los alérgenos de la dieta con el cólico del lactante, aunque es difícil de determinar. Algunos de los lactantes, sobre todo si existe algún signo de alarma (escasa ganancia de peso, rechazo de las tomas, sangre en las heces, etc.). Se pueden beneficiar de una dieta hipo alergénica materna (en el caso de los niños amamantados al pecho) o bien de un cambio de fórmula adaptada (fórmula confort, fórmula hidrolizada)
- Probióticos como el Lactobacillus reuteri el más utilizado y eficaz. «Se ha visto en varios estudios que el uso de este probiótico disminuye la duración de las horas del llanto y la duración total del cólico. Recientemente, se ha investigado un nuevo producto que combina la eficacia de microorganismos saludables tindalizados (inactivados por calor) con el efecto de una sustancia mucoprotectora denominada xiloglucano.
- En cuanto al tratamiento farmacológico, hoy por hoy, hay escasa evidencia que demuestre su eficacia.
- Es importante establecer rutinas diarias.
- El uso del chupete tiene pros y contras. Por un lado puede interferir en el establecimiento de la lactancia materna en las primeras semanas de vida y por otro lado puede favorecer la ingesta de aire que empeora la sensación de cólico. Sin embargo, en otros niños el mecanismo de succión que facilita el chupete, puede ayudar a calmarlos.
- Entorno familiar. Compartir experiencias con otros padres ayuda a normalizar el problema. Tener apoyo familiar, estar tranquilos y tener confianza en los profesionales que tratan al niño es vital para que el proceso sea exitoso. Es importante dar tiempo suficiente al tratamiento para que se pueda valorar su eficacia.
- Educación sanitaria y el soporte a la familia. Por parte de los profesionales es nuestra obligación dar toda la información de la que disponemos. De ésta manera la familia puede sobrellevar mejor la situación Observar la relación entre la familia y él bebe. Valorar que la técnica de succión sea correcta y que no trague aire.